Y aquí estamos, a las puertas de un nuevo inicio un tanto turbulento: la Luna Nueva en Escorpio de este 2025 ocurre el 20 de noviembre, en el grado 28°11’ del signo.
Al describir la energía de esta lunación, es difícil no caer en los clichés que suelen repetirse hasta el cansancio sobre Escorpio (emociones intensificadas, experiencias al límite, verdades incómodas, transformaciones profundas, etcétera). En realidad esta vez sí veremos situaciones de este tipo: la Luna Nueva viene dentro de un gigantesco stellium que, dadas sus características, nos empujará a hacer una limpieza a fondo.
Seguramente muchos de nosotros nos estemos preguntando: bien, ¿y qué hay de nuevo en todo esto? Después de un 2025 sumamente inestable, es natural preguntarnos qué tiene de distinto esta Luna Nueva. Prácticamente todas las lunaciones del 2025 han producido cambios palpables —colectivos, estructurales, relacionales— y han reflejado lo que hemos visto en el escenario mundial y en nuestras propias vidas. Esta Luna Nueva, aunque obviamente forma parte de ese mismo clima, tiene un trasfondo muchísimo más interno, subjetivo e instintivo. No es momento de buscar desenlaces o indicios afuera (que los vamos a ver, pero no nos distraigamos en ellos que no es el foco de este momento). Esta Luna Nueva nos pone frente a un gran espejo, del tamaño de una pared, cristalino y con excelente iluminación —quirúrgica—, en donde podremos vernos de cuerpo completo: seguro nos encontraremos con algunas sorpresas.
Los elementos que la definen son:
- Ocurre en conjunción con la estrella fija Toliman (29°47’).
- Ocurre en la mansión lunar número 19.
- Esta Luna Nueva será simultánea al cazimi de Mercurio retrógrado.
- Estará en conjunción a Lilith (26°34').
- También en oposición a Urano retrógrado en Tauro (29°29').
- Será parte de una configuración llamada cometa y de otra llamada rectángulo místico.
- Marte (regente de la lunación) estará inaspectado.
Esta Luna Nueva nos afectará a todos, pero su impacto será mayor si tienes planetas o ángulos entre los grados 26° de los signos fijos (Tauro, Leo, Escorpio y Acuario) y 0° de los signos mutables (Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis).
Luna Nueva: Inicio, Intención y Germinación
En el ciclo lunar, la Luna Nueva representa el punto de mínima visibilidad: el momento en que el Sol y la Luna se encuentran en conjunción exacta y la cara iluminada de la Luna queda oculta desde la Tierra. Esta configuración marca el comienzo del mes lunar y encarna simbólicamente el principio de siembra, de impulso inicial, de potencia no revelada. Como señala Dane Rudhyar en The Lunation Cycle, es aquí donde se establece la intención fundamental del ciclo, aunque todavía no se vea lo que se está gestando. La Luna desaparece del cielo —y con ella, parte de lo consciente— dejando espacio para que lo nuevo lentamente se vaya esbozando en silencio.
Desde una perspectiva simbológica, muchas culturas la entendieron como una instancia de purificación o de recogimiento, donde el tiempo se suspende y lo importante ocurre en el plano interno.
Astrológicamente, la Luna Nueva señala una convergencia entre el yo solar y el yo lunar: intención y emoción alineadas, pero aún sin distancia crítica. Aún así, con la Luna Nueva solemos sentir que la energía nos orienta fuertemente hacia algo (que acabaremos sabiendo con el correr del ciclo lunar, o incluso después). En términos energéticos, la Luna Nueva es una semilla. Como toda semilla, requiere oscuridad, paciencia y silencio para arraigar. Por lo tanto, esta fase no es un momento de acción externa, sino de escucha interna.

Escorpio: Riesgos Necesarios
Escorpio es el signo donde la Luna se encuentra en caída. Es decir, todo lo que la Luna rige (lo conocido, lo familiar, lo que nos da seguridad y estabilidad) entra en un territorio que prácticamente es la antítesis de lo lunar. Escorpio está asociado con procesos que exigen fricción y riesgos: transformación, depuración, revisión profunda, confrontación emocional. Por eso la Luna (al menos en un primer momento) está en una posición muy incómoda aquí: la estabilidad no es la función de Escorpio. Escorpio opera removiendo capas internas que normalmente preferimos no tocar, porque hacerlo implica exponernos a incertidumbre o pérdida temporal de control.
En la práctica, que la Luna esté en caída muestra que para acceder a lo que la Luna representa —seguridad afectiva, pertenencia, memoria emocional— es necesario, cada cierto tiempo, entrar en un espacio donde esa seguridad no está en absoluto garantizada. Los momentos con una fuerte energía escorpiana no nos incomodan por deporte, sino porque esa incomodidad permite ver lo que evitamos. Si nunca atravesáramos estos momentos, seguiríamos viviendo dentro de un corral solo con lo conocido, con lo inmediato, con lo que no pone en riesgo nuestra imagen interna. La fricción escorpiana sirve de cedazo: separa lo que tiene fundamento de lo que simplemente se mantiene intacto para no replantearlo.
Este punto tiene un respaldo claro en la psicología contemporánea. Daniel Kahneman —psicólogo y premio Nobel de Economía en 2002 por su trabajo sobre cómo toma decisiones la mente humana— demostró que el cerebro está diseñado para minimizar el esfuerzo cognitivo. Evitamos de manera automática todo lo que exige introspección profunda, revisión emocional o confrontación interna. Roy Baumeister, uno de los investigadores más influyentes en estudios sobre autocontrol, también mostró que la mente busca ahorrar energía y que la acción deliberada implica un gasto mayor que la inercia. No evitamos lo incómodo por debilidad, sino porque biológicamente estamos programados para conservar energía, repetir lo familiar y optar por la pasividad antes que ejecutar un movimiento que requiere inversión mental y emocional.
Sin embargo, incluso con esta programación biológica hacia lo cómodo, la naturaleza es muy sabia e interviene. Tanto si somos personas activas como si tendemos a la pasividad, hay momentos en que algo —interno o externo— nos obliga a movernos. La energía escorpiana representa precisamente ese punto: el instante en que ya no es posible seguir funcionando desde la inercia. Escorpio fuerza una revisión que no iniciamos voluntariamente, porque introduce un nivel de incomodidad considerable, que interrumpe lo que dábamos por sentado. Son estos momentos los que permiten replantear nuestros mecanismos lunares: dónde buscamos seguridad, qué consideramos “lo conocido”, qué evitamos por hábito y cuál es la base emocional desde la que respondemos. Sin entrar en ese territorio incómodo, esos patrones (incluidos los contraproducentes) permanecen intactos. Seguimos en el corral.
A nivel colectivo, Escorpio está asociado con todo lo que opera por debajo de la superficie visible: las finanzas compartidas, los contratos implícitos, las herencias, las deudas, los secretos, los pactos. Rige también los mecanismos de poder que se ejercen desde las sombras: el espionaje, la manipulación, las mafias, las estructuras de control ocultas. Escorpio gobierna los procesos de eliminación, lo que debe ser extirpado para que algo pueda seguir funcionando: por eso rige la cirugía, la medicina intensiva, la investigación forense, y todo lo que exige atravesar un proceso de destrucción para llegar a la verdad. A esto se suma todo lo que se extrae desde las profundidades, como la minería, la perforación de pozos, el petróleo, el gas. Y en un nivel aún más simbólico, Escorpio también rige las armas nucleares, las tecnologías que concentran un poder desmesurado y potencialmente destructivo, los recursos estratégicos que se mantienen ocultos hasta que estallan.
A nivel personal, la energía escorpiana implica incomodarnos para comprender qué necesita transformarse. Aquí se revisan emociones que preferimos evitar, decisiones que hemos aplazado, vínculos o apegos que requieren un ajuste. Sólo así podemos salir más resilientes emocionalmente, encarnando nuestro poder y autodominio.

Conjunción con Estrella Fija Toliman (29°): El Conocimiento Que Nace del Trauma
Esta lunación ocurre en conjunción con Toliman, también conocida como Bungula o Alpha Centauri, la estrella más cercana a nuestro sistema solar después del Sol. Toliman pertenece a la constelación del Centauro (Centaurus), una figura mitológica que simboliza la unión entre lo instintivo y lo racional. Es una constelación visible únicamente desde el hemisferio sur, que desde tiempos antiguos ha estado asociada con el dominio de los saberes ocultos y las ciencias naturales: la medicina, la botánica, la música y la astrología. En la Edad Media se la relacionó también con los venenos y antídotos, lo que refleja su carácter dual —el poder de sanar y el poder de destruir—.
Astronómicamente, Toliman es una estrella doble (G2 + K1), de tonalidad blanco-amarillenta y anaranjada, ubicada en el pie delantero izquierdo del Centauro. Su nombre árabe, Al-Zulman o Toliman, se traduce como “las avestruces”.
En la tradición astrológica, Ptolomeo le atribuyó naturaleza Venus–Júpiter, relacionada con la benevolencia, el refinamiento y las posiciones de honor. Sin embargo, su espectro revela una impronta solar–marciana, vinculada con la acción decidida, la valentía y la organización estratégica. Toliman combina así la sabiduría expansiva de Júpiter con la vitalidad del Sol y la precisión de Marte, generando una energía que favorece la maestría técnica, el liderazgo competente y la búsqueda de eficacia concreta. Pero si no se canaliza, se vuelve impulsiva o vengativa, rasgos que la tradición medieval asoció a esta estrella.
La conjunción de la Luna Nueva en Escorpio con Toliman marca el inicio de un ciclo en el que la incomodidad emocional se traduce en habilidad consciente: la sabiduría de usar lo que nos dolió, para perfeccionar lo que hacemos.
A nivel colectivo, esta conjunción puede coincidir con reajustes en estructuras donde el conocimiento técnico define el poder: instituciones científicas, sistemas sanitarios, cuerpos especializados, investigación forense, análisis de datos o regiones donde la precisión técnica es crítica. Pueden verse correcciones metodológicas, revelaciones sobre fallos técnicos, disputas entre especialistas o reorganizaciones derivadas de criterios de competencia y pericia. También puede marcar momentos en que el saber profesional se vuelve un factor de tensión política: informes, diagnósticos, auditorías o decisiones basadas en evidencia que obligan a replantear estrategias. Toliman tiende a poner en primer plano al experto/a, al analista, al técnico/a, y hacer visibles los límites entre habilidad real y charlatanería.
A nivel personal, esta conjunción puede manifestarse como la necesidad de recuperar una habilidad que estaba dormida, integrar conocimientos que habíamos adquirido en períodos de crisis o reconocer una destreza que no estábamos usando por completo. Puede marcar un punto en que una experiencia desafiante —emocional, profesional o incluso física— se convierte en competencia concreta: algo que permite tomar decisiones con más claridad, enseñar algo que antes solo se intuía o asumir un rol de guía con mayor aplomo.

Mansión Lunar 19: Al-Shaulah – El Aguijón
(¿No sabes lo que son las mansiones lunares? Lee la guía completa aquí)
Esta Luna Nueva ocurre en la Mansión Lunar número 19, conocida en la tradición árabe como Al-Shaulah, “El Aguijón”. Esta mansión se extiende desde los 21°26’ de Escorpio hasta los 4°17' de Sagitario, en la región donde la constelación del Escorpión extiende su cola: donde se concentra su veneno y su defensa.
En la astrología árabe y medieval, Al-Shaulah se consideraba una mansión de riesgo, intensidad y resolución definitiva. Representa la culminación del proceso escorpiano: lo que, tras haber atravesado la crisis, encuentra una salida tajante, liberadora o destructiva. Está asociada con las acciones que no tienen chances de retorno, los gestos que exponen una verdad innegociable o que revelan lo que permanecía encubierto. Por eso se la vincula tanto con la revelación como con la venganza, con la capacidad de ejecutar un cambio drástico cuando ya no hay más espacio para la postergación.
Esta mansión simboliza la punta del proceso de purificación, el instante en que el veneno se convierte en catalizador. En la medicina antigua, el veneno del escorpión era interpretado como un poder ambivalente: dañino si se administra sin medida, pero curativo en dosis precisas. Al-Shaulah recoge esa paradoja. Su energía nos impulsa a actuar con precisión quirúrgica, a cortar lo que nos intoxica y a reconocer qué parte del dolor puede transformarse en poder regenerador.
A nivel colectivo, Al-Shaulah describe momentos de desenlace irreversible: verdades que se revelan, estructuras que se quiebran, enormes secretos que salen a la luz o decisiones que clausuran un ciclo. Puede manifestarse como una purga necesaria en sistemas donde el exceso de ocultamiento ya no es sostenible. A nivel personal, marca un punto en el que la energía emocional alcanza su clímax. Nos confronta con lo que se ha mantenido reprimido y exige respuestas decididas, sin ambigüedad ni demora.
La enseñanza de Al-Shaulah es simple: por supuesto que la claridad puede doler, pero sin ese tipo de claridad no hay posibilidad de renacimiento.

Cazimi de Mercurio Retrógrado: Destrucción de Una Narrativa
Esta Luna Nueva ocurre al mismo tiempo que el cazimi de Mercurio retrógrado en Escorpio, el punto medio de su retrogradación. Cuando Mercurio se alinea con el Sol, su energía se depura y se renueva: la mente atraviesa una especie de combustión simbólica en la que lo confuso se quema y queda expuesto lo esencial.
Al ocurrir simultáneamente con la Luna Nueva, este cazimi inicia un nuevo ciclo emocional y mental, pero lo hace a través de una información que no habíamos visto, algo que probablemente pasó desapercibido o que no estábamos entendiendo en su dimensión real. Es un tipo de revelación potencialmente desestabilizante; puede poner en evidencia una situación en la que estábamos perdiendo poder o entregándolo sin darnos cuenta. Pero, a partir de la integración de esa información, el panorama puede cambiar (como decíamos antes, si no nos quedamos en la pasividad/lo cómodo).
A nivel colectivo, este cazimi puede coincidir con revelaciones que afectan directamente a estructuras de poder. Hablamos de datos que emergen sobre bancos, créditos, deudas, fondos, investigaciones en curso o decisiones tomadas desde agendas no declaradas. Son piezas que cambian por completo la lectura de un asunto, rectifican versiones oficiales o dejan en evidencia errores deliberados u omisiones estratégicas. Aunque venimos de un año lleno de filtraciones y verdades chocantes, este momento sigue la misma línea con un matiz distinto: obliga a revisar cómo cada sociedad valida ciertas figuras, instituciones o narrativas. También expone la reacción emocional colectiva frente a estas revelaciones —la necesidad de distancia crítica, la tendencia a idealizar líderes, o la parte que todos tenemos en perpetuar dinámicas de poder que después nos sorprenden.
A nivel personal, este cazimi marca un momento en que necesitamos escuchar de verdad; tener una postura realmente receptiva. Puede ser algo que otra persona dice y que preferíamos no oír, o algo que nosotros mismos veníamos pensando pero dejábamos en segundo plano para no alterar la estabilidad aparente. La información que surge ahora puede incomodarnos o incluso generar una reacción defensiva en un primer momento, pero es justamente esa incomodidad la que permite separar lo que todavía sirve de lo que ya es un lastre. Este cazimi corta con el hábito de repetir el mismo argumento para no cuestionarnos y da pie a mirar motivaciones, decisiones o deseos que habíamos encapsulado bajo explicaciones automáticas. Aquí las nuevas posibilidades comienzan cuando permitimos que se destruya la narrativa anterior.
(Lee más sobre el cazimi aquí, y más sobre esta retrogradación de Mercurio aquí).

Conjunción Con Lilith (26°): Deseo y Vergüenza
Bien; sólo con lo que hemos planteado hasta ahora sabemos que nada en esta Luna Nueva es plácido. Seguimos: también ocurre en conjunción con Lilith en Escorpio. Lilith en este signo no describe únicamente “lo reprimido”: describe aquello que expulsamos de la consciencia porque amenazaba nuestra sensación de control. Lilith simboliza la parte de nosotros/as que aprendimos a esconder: impulsos que nos incomodan, emociones que nos avergüenzan, deseos que consideramos “incorrectos”, límites que no sabíamos poner, o decisiones que evitamos porque abrían un conflicto interno demasiado intenso. En esta Luna Nueva, esta energía no tiene más opción que emerger.
Lilith en este signo puede activar la parte más infantil de nuestra vida emocional: ese núcleo que, cuando se siente amenazado, reacciona con obsesión, con necesidad de controlar, con rebeldía automática o con una fachada que intenta tapar lo que realmente duele. Son mecanismos de defensa primitivos —lo que en psicología se describe como respuestas regresivas cuando algo nos toca un punto sensible— y aquí pueden emerger sin filtro. Lilith puede mostrar la emoción que enterramos porque nos resultaba demasiado cruda, el deseo que compensábamos con discursos ingeniosos, la herida que disfrazábamos con orgullo o con autosuficiencia. También expone el lugar donde seguimos actuando como si aún necesitáramos proteger algo que ya no tiene sentido. En Escorpio, Lilith señala la fisura exacta donde dejamos de ser honestos/as con nuestra parte más vulnerable, no para castigarnos, sino para poder madurar esa reacción y dejar de vivir desde ese reflejo que se activa cuando no queremos sentir.
A nivel colectivo, esta conjunción puede activar revelaciones incómodas sobre manipulación, pactos rotos, encubrimientos emocionales dentro de instituciones, o decisiones tomadas desde agendas ocultas. Pueden aparecer testimonios, datos o conflictos que revelan aquello que se mantenía bajo tensión, especialmente en temas de recursos, control, sexualidad y poder. Y es prácticamente seguro que veremos figuras públicas actuando de manera descontrolada.
A nivel personal, Lilith en Escorpio puede sentirse como una irritabilidad que no encaja con el motivo “aparente”. Podemos perder la paciencia por algo mínimo, exasperarnos con gestos que en otro momento pasarían desapercibidos o reaccionar con una intensidad que nos toma por sorpresa. Pero el foco no está en el detalle que desencadena la molestia: está en lo que ese detalle activa por debajo. Lilith puede dejar al descubierto un sentimiento que veníamos evitando —rabia, celos, culpa, miedo a quedar en desventaja, etcétera—. También puede mostrar por qué seguimos atrapados/as en una dinámica desgastante, qué deseos es momento de empezar a reconocer aunque nos avergüencen o qué verdad interna necesita ser admitida aunque implique atravesar un proceso incómodo.

Oposición a Urano RX (29°): Nuestra Parte en la Dinámica
Uno de los aspectos decisivos de esta Luna Nueva es su oposición a Urano retrógrado en Tauro —ubicado en el grado 29°, el llamado grado anarético y que marca el final de un ciclo—. Dicho en simple, esta configuración nos indica que tenemos una revisión pendiente antes de hacer un cierre definitivo.
Cuando hablamos de una oposición, hablamos de integrar dos fuerzas que, de entrada, percibimos como incompatibles. Para que esa integración ocurra, muchas veces la vida suele traer algo desde afuera —una situación, una persona— que nos desestabiliza lo justo para mostrarnos el otro polo. Cuando aparece una oposición, es muy frecuente caer en la tentación de culpar al exterior: “él es el agresivo”, “ella es la controladora”, “esa persona es la inestable”, “yo estoy haciendo todo bien, pero desde afuera me están coartando”. En psicología, esto se relaciona con el mecanismo de proyección —descrito por Jung y trabajado también por Marie-Louise von Franz—: lo que no reconocemos como propio, lo asociamos a elementos externos a modo de defensa.
La clave de esta oposición entonces, es no quedarnos congelados en esa lectura inmediata. Lo que ocurre afuera funciona como un detonante, pero el trabajo verdadero empieza cuando miramos qué parte de esa tensión también está en nosotros. La pregunta no es “¿por qué el otro es así?”, sino “¿qué me está mostrando esto que yo no quería ver?”.
El cierre del grado 29° no es posible si no hacemos esa revisión. De lo contrario, repetiríamos el mismo patrón con otra persona, otro trabajo, otra situación o bajo otra excusa. La energía de Urano tiene la función de liberarnos, pero la liberación ocurre cuando vemos la parte que nos corresponde. Esto requiere frialdad y desapego: mirar con honestidad brutal dónde alimentamos una dinámica que creemos que “nos pasa”, cuando en realidad también la activamos.
A nivel colectivo, esta oposición puede activar confrontaciones directas entre dos partes que se culpan mutuamente: gobiernos que responsabilizan a la población por fallos estructurales, ciudadanos que devuelven la culpa a la autoridad, empresas que acusan a sus trabajadores y viceversa, instituciones que se deslindan mientras las comunidades exigen respuestas. También pueden reaparecer temas que se creían resueltos y que necesitan revisión porque surge información nueva que altera el diagnóstico inicial. Acuerdos que parecían firmes pueden quebrarse; mercados o sectores sensibles pueden reaccionar de manera abrupta ante datos imprevistos; alianzas políticas o económicas pueden mostrar fisuras que obligan a renegociar desde cero.
A nivel personal, esta oposición puede mostrar sin medias tintas desde qué postura nos estamos relacionando con la otra parte: si estamos tirando una responsabilidad afuera, si estamos repitiendo un patrón automático o si seguimos aferrados/as a algo que lo único que hace es limitarnos. También puede aparecer un impulso fuerte de libertad —la necesidad de cortar, de cambiar el rumbo, de salir de una dinámica que ya se volvió estrecha—, aunque al principio nos cueste admitirlo. Aquí el punto no es el quiebre en sí, sino revisar qué nos llevó hasta ese límite y qué parte venimos ignorando. Esta oposición marca un cierre necesario: mirar de frente lo que ya no funciona, asumir nuestra participación en el desgaste y decidir qué versión nueva de esa situación queremos construir o dejar atrás definitivamente.

Cometa y Rectángulo Místico: Ejes de Liberación Focalizada
Además de las conjunciones y oposiciones centrales de esta lunación, el cielo presenta dos configuraciones mayores que alteran por completo la forma en que la energía escorpiana se expresa: una cometa y un rectángulo místico. La presencia simultánea de ambas estructuras no es frecuente: indica que la tensión del ciclo no se dispersa, sino que encuentra canales concretos para procesarse.
Una cometa es una figura formada por un gran trígono (flujo natural, coherencia, continuidad) con un punto opuesto exacto, que actúa como desencadenante. El gran trígono funciona como un circuito donde la energía fluye sin fricción, pero la oposición introduce un punto de ruptura que permite transformar ese flujo en movimiento real. Sin oposición, el gran trígono se estanca; con oposición, se vuelve operativo.
En esta lunación, el gran trígono está compuesto por Júpiter retrógrado en Cáncer, Neptuno retrógrado en Piscis y la Luna Nueva en Escorpio (Sol, Luna y Mercurio cazimi). La oposición la forma Urano retrógrado en Tauro, que ocupa la punta de la cometa.
Esta configuración canaliza la intensidad del agua (Cáncer–Escorpio–Piscis) hacia un punto de descarga inevitable: Urano retrógrado en un grado crítico (29° de Tauro). La cometa muestra que la acumulación emocional no se queda en el plano interno; necesita una salida concreta. Puede manifestarse como una decisión inesperada, una ruptura con una estructura material que parecía fija, o un cambio súbito derivado de una revelación emocional. Júpiter expande, Neptuno disuelve, Escorpio profundiza: Urano corta.
A nivel colectivo, la cometa puede marcar un punto en que la acumulación emocional del año se traduce en decisiones materiales inevitables. Pueden aparecer revelaciones sobre bancos, créditos, fondos o gestión de recursos que obliguen a corregir políticas, revisar acuerdos o ajustar sistemas que parecían estables. También pueden verse giros bruscos en mercados sensibles —alimentos, energía, vivienda— derivados de información que sale a la luz de manera más directa. Urano en Tauro muestra el giro concreto: cortes, rectificaciones o cambios que ya no pueden seguir postergándose.
A nivel personal, la cometa muestra el punto en que un proceso emocional largo desemboca en un hecho concreto que ya no podemos seguir evitando. Podemos notar que cierta dinámica nos está desgastando, que una responsabilidad quedó desbalanceada o que venimos funcionando desde un hábito que ya no nos sirve. Aquí aparece la necesidad de hacer un movimiento real: ajustar un límite, reorganizar un acuerdo, cambiar una decisión práctica o asumir que una forma de seguridad dejó de ser viable. Urano en Tauro actúa como catalizador: lo que veníamos pensando en silencio se vuelve acción visible, y ese cambio en la realidad externa refleja exactamente lo que internamente ya habíamos reconocido.

El Rectángulo Místico: Integrar lo incompatible
El rectángulo místico es una figura formada por dos oposiciones unidas por sextiles y trígonos. No trae calma: trae trabajo. Su función es obligarnos a mirar dos pares de tensiones que, al inicio, parecen imposibles de conciliar, pero que encuentran una vía real para dialogar cuando estamos dispuestos a mirar el cuadro completo.
En esta lunación, el rectángulo está formado por Plutón en Acuario, la Luna Nueva en Escorpio (Sol, Luna y Mercurio cazimi), Júpiter retrógrado en Cáncer y Urano retrógrado en Tauro. Es una mezcla incómoda: cuatro signos que hablan de poder, seguridad, supervivencia emocional y estructuras que deben transformarse.
La oposición Escorpio–Tauro muestra el punto exacto donde algo necesita cambiar, pero está anclado a una forma de estabilidad que ya no alcanza. La oposición Acuario–Cáncer confronta sistemas colectivos con vínculos emocionales que se resisten a ser desplazados. Los sextiles y trígonos entre estos polos no aminoran la tensión; muestran el camino práctico para reorganizar recursos, reconstruir acuerdos y tomar decisiones que antes esquivábamos.
A nivel colectivo, este rectángulo puede verse en conflictos entre gobiernos y ciudadanos por recursos, reformas que se aceleran porque la presión social supera el punto de quiebre, políticas que deben reescribirse por información que sale a la luz, o rupturas entre instituciones y grupos que ya no aceptan funcionar bajo reglas obsoletas. También pueden aparecer contradicciones claras entre agendas tecnológicas (Acuario) y necesidades básicas de la población (Cáncer), obligando a modificaciones urgentes.
A nivel personal, puede sentirse como un reacomodo que venía siendo inevitable: conversaciones que exponen tensiones familiares, decisiones prácticas que afectan nuestro sentido de seguridad, o la necesidad de reorganizar prioridades materiales porque algo interno cambió primero. Podemos ver con claridad qué vínculo, qué acuerdo o qué estructura emocional dejó de ser un aporte. Es el tipo de configuración que nos obliga a poner orden donde había parches, y a elegir rutas que reflejen mejor quiénes somos ahora.

Marte Inaspectado: Acción Decisiva
En esta Luna Nueva, el regente tradicional de Escorpio y por lo tanto de la lunación —Marte— está inaspectado. Al igual que en la Luna Nueva en Libra del mes pasado, se repite el patrón: el planeta que rige la lunación queda aislado, haciendo que se exprese de manera fuerte pero también incómoda y difícil de manejar; por lo que obliga a atender el territorio que representa sin atajos ni apoyos externos. Cuando aparece un planeta inaspectado, indica que lo que simboliza —el planeta en sí, el signo en el que se encuentra y las áreas que rige— ha estado postergado por un tiempo largo (hablamos de meses o años en los que uno o varios aspectos centrales de esa energía quedaron sin integrar del todo). Debido a que no están mezcladas con las influencias de los otros planetas, las temáticas de los inaspectados son fáciles de ver (aunque no necesariamente fáciles de integrar).
En este caso, hablamos de Marte —acción, decisiones, confrontación, coraje, corte, impulso— actuando a través de Sagitario, que es el modo en que Marte se expresa. Es decir, la acción se canaliza a través de temas vinculados a juicios, ética, acuerdos o desacuerdos internacionales, convicciones ideológicas, religión, marcos filosóficos, instituciones que definen “verdad” y “criterio”. En la práctica, esto puede traducirse en decisiones tomadas “en nombre de un principio” sin medir del todo el impacto, movimientos impulsivos apoyados en creencias personales, reacciones exageradas frente a temas morales o legales, o gestos de confrontación que salen directo, sin filtro. Al ser el regente de la lunación, estas temáticas son centrales en el proceso evolutivo que estamos viviendo.
A nivel colectivo, esta configuración puede coincidir con tensiones en el ámbito judicial o internacional, fallos polémicos, conflictos entre Estados, organismos supranacionales o instituciones religiosas, así como decisiones unilaterales que se justifican con discursos éticos o ideológicos. También pueden aparecer rupturas de acuerdos, crisis en negociaciones o escaladas de conflicto donde la acción se adelanta a la reflexión.
A nivel personal, puede mostrar el punto donde necesitamos definir un curso de acción que realmente vaya en la misma dirección de la visión que tenemos. O también podría implicar directamente abrir nuestra mente a otra manera de ver las cosas. Ya que hablamos de un inaspectado, no bastará con actuar según nuestras creencias de siempre o la explicación que siempre nos ha resultado cómoda. De la misma manera, será momento de revisar qué lugar ocupan nuestras decisiones dentro de un marco más amplio y qué escenarios producen (recordemos que Sagitario rige la visión de lo que podría ser), yendo más allá del futuro inmediato.

Símbolo Sabiano Correspondiente: Escorpio 29, "Una Mujer Indígena Rogándole a Su Cacique por la Vida de Sus Hijos".
(¿No sabes lo que son los símbolos sabianos? Lee la guía completa aquí)
Esta Luna Nueva ocurre en el grado 28° de Escorpio, cuyo símbolo sabiano correspondiente es Escorpio 29: Una mujer indígena rogándole a su cacique por la vida de sus hijos. Este símbolo describe una escena extrema: una madre rogando clemencia ante el líder que vela por el orden del grupo. Escorpio 29 es una metáfora de consecuencias. Cuando los hijos aún están formando su criterio, es natural que gran parte de la responsabilidad recaiga en los padres. En un contexto tradicional —como el que sugiere esta imagen— esa responsabilidad se amplía, porque la conducta de cada integrante afecta directamente la cohesión del clan, donde existen vínculos más interdependientes y un fuerte sentido de honra hacia los mayores y los antepasados. El símbolo muestra el momento en que una falta de responsabilidad obliga a que la autoridad externa intervenga para restablecer un orden que la familia no pudo manejar sola.
El símbolo plantea una verdad incómoda: cuando dejamos que la indisciplina avance, cuando postergamos decisiones o cuando actuamos sin medir el impacto, el contexto termina haciéndose cargo por nosotros/as, y lo hace mediante presión, límites o consecuencias que no podemos evitar. El cacique representa un orden mayor —la tribu, la comunidad, la estructura colectiva, la ley, la organización, la sociedad— que responde cuando ya no hay margen para el manejo personal del problema. Rogar aquí implica humildad para reconocer el error, aceptar la parte que nos corresponde y mostrar disposición real a reparar.
A nivel colectivo, este símbolo puede coincidir con situaciones en las que estructuras sociales, legales o institucionales intervienen por negligencias previas. Puede haber correcciones abruptas, sanciones, llamados de atención o decisiones que obligan a un grupo a recuperar disciplina donde se había perdido. También puede señalar momentos en que comunidades o instituciones actúan para contener los efectos de una irresponsabilidad acumulada.
A nivel personal, Escorpio 29 muestra el punto en el que nos toca asumir un efecto, enfrentarnos a una consecuencia. Puede aparecer una situación que evidencia dónde hubo falta de orden, exceso de reacción, autoindulgencia o una conducta que dejamos avanzar más de lo saludable. El símbolo nos invita a aceptar con honestidad lo ocurrido —sin dramatismo, sin justificar y sin culpar al contexto— y a mostrar disposición real a cambiar la conducta que nos llevó a ese límite. Desde esa aceptación emerge el inicio posible: el momento en que dejamos de negar y nos abrimos a reparar.

Preguntas Para Reflexionar:
1. ¿En qué área de tu vida estás eligiendo la comodidad por encima de la acción, aun sabiendo que eso tiene un costo?
Esta estrategia a veces parece la menos complicada, pero muchas veces termina causando más problemas.
2. ¿Qué aspecto importante de ti has dejado fuera —por miedo, por vergüenza o por no alterar una dinámica— y ahora necesita ser reconocido con honestidad?
Lo que se excluye termina buscando salida de otras formas.
3. ¿En qué parte de tu vida estás funcionando con una visión posiblemente demasiado corta, sin considerar hacia dónde te gustaría que esto te lleve?
Mirar solo lo inmediato puede estar estrechando tus opciones.
4. ¿Qué información desafiante está empezando a asomarse —aunque sea de forma mínima— y requiere que la tomes en cuenta desde ahora?
A veces los primeros indicios ya marcan un giro.
5. ¿Qué creencia personal estás defendiendo por hábito, aunque ya no encaja con la persona que estás siendo ahora?
Actualizar creencias también es un acto de poder.
6. ¿Qué conversación evitaste/estás evitando porque podía cambiar el status quo?
Evadir es otra forma de entregar poder.
7. ¿Qué reacción intensa hacia otra persona podría estar señalando algo propio que aún no has querido mirar?
Las fricciones no siempre hablan del otro; a veces muestran un punto que sigue sin resolverse dentro de uno/a mismo/a.
8. ¿Qué parte de tu vida necesita recuperar libertad —de acción, de pensamiento o de emoción— y qué te impide tomar ese espacio?
A veces la limitación no viene del entorno, sino de una creencia que quedó fija hace tiempo.
9. ¿Qué estás listo/a para cerrar definitivamente, aunque implique asumir tu parte en cómo llegaste hasta aquí?
Si tomamos responsabilidad, ya tenemos la mitad del camino hecho.
Esta Luna Nueva es el Momento Propicio para:
• Explorar qué significa la libertad para ti —sin culpa.
A veces seguimos cargando compromisos, expectativas o dinámicas que dejaron de tener sentido, pero nos cuesta admitirlo porque sentimos que “no deberíamos soltar ese peso”. Reconocer la necesidad de alivio también es una forma de madurez.
• Permitir que las emociones desagradables existan sin barrerlas bajo la alfombra.
Incomodarse no es un fracaso emocional: es parte del proceso que muestra qué necesita atención real y qué estaba ocupando espacio que ahora necesitas destinar a otra cosa.
• Reconocer tu impulso agresivo —por pequeño que sea— y usarlo de forma constructiva.
La agresividad en su forma sana no es más que un impulso básico de afirmación y defensa, no violencia. Todos lo tenemos —aunque sea en dosis pequeñas— y puede canalizarse de forma constructiva: para marcar límites, aclarar situaciones, defender lo importante o cortar algo que ya no funciona. No es algo que deba vivirse con miedo o vergüenza.
• Preocuparte menos por cómo te ven y más por cómo te sientes contigo mismo/a.
La estabilidad emocional comienza con una relación interna menos tensa, menos crítica y más honesta.
• Tomar un riesgo a nivel emocional.
Puede ser reconocer algo que evitabas, mostrar una intención, admitir una verdad o permitir que alguien acceda a una parte más vulnerable de ti. El riesgo no asegura un resultado, pero abre un camino que antes estaba cerrado.
• Permitir que algo cierre sin más.
A veces ya no hay nada que justificar: solo aceptar que se llegó al límite y reorganizar el camino desde ahí.
• Elegir una acción pequeña pero decisiva.
No necesitas resolver todo hoy. Basta con un movimiento claro y decidido que te lleve en una dirección más sana.

¿Qué Inicios Puedes Esperarte en la Casa de tu Carta Natal Donde Caiga Esta Lunación?
Aquí puedes explorar qué aspecto de tu vida está siendo activado por esta lunación. Busca en qué casa de tu carta natal se encuentra el grado 28°11’ de Escorpio: ahí pueden activarse inicios ligados a procesos de depuración, verdades que salen a la superficie y decisiones que exigen claridad emocional. Ten en cuenta que, por el clima de esta lunación, lo que se inicia ahora puede remover algo que estaba estancado o postergado.
(¿Necesitas ayuda para encontrar el grado 28°11' de Escorpio? Lee esta guía paso a paso aquí.)
Casa 1: Inicios, Identidad y Apariencia Personal
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 1, el comienzo es visceral: parte desde ti, desde la forma en que te ves, te entiendes y te posicionas. Algo que habías dejado en pausa por incomodidad, por cansancio o por miedo a alterar una dinámica ahora exige una decisión clara de tu parte. No es un inicio suave: es un punto de quiebre interno que te obliga a mirarte sin filtros.
Este tránsito trae información sobre ti que quizás habías pasado por alto. Puede ser una verdad que al principio te incomoda, un patrón que siempre justificaste o una reacción emocional que revela un punto vulnerable. Lo que surge ahora no es realmente nuevo: llevaba tiempo acumulándose bajo la superficie, pero recién ahora puedes verlo sin narrativas defensivas.
También puede emerger algo que habías dejado fuera —un deseo, un límite, una necesidad— porque temías generar conflicto o ser percibido/a de cierta manera. Aquí aparece con fuerza, y reconocerlo puede implicar un pequeño riesgo emocional: decir algo que evitabas, modificar un vínculo, cambiar un rol o admitir lo que realmente quieres.
A esto se suma que puede haber reacciones inesperadas de otras personas. Al mover tu identidad, es posible que alguien responda con sorpresa, resistencia, distancia o incluso con una claridad que no esperabas. Esa respuesta ajena no debe confundirte: forma parte del proceso. A veces, cuando recuperas dirección, el entorno revela quién acompañaba tu versión anterior y quién acompaña la actual.
Lo que inicies aquí impacta tu identidad en términos prácticos: cómo te muestras, cómo avanzas, qué decides cortar o iniciar, cómo pones límites y qué parte de tu vida deja de estar organizada alrededor de la comodidad. Puede implicar actualizar tu estilo, cambiar un hábito corporal, afirmar tu postura en una relación o asumir un rumbo que antes evitabas porque requería valentía.
En síntesis: lo que decides ahora redefine quién eres en la práctica —y el entorno reacciona en consecuencia.
Casa 2: Autoestima, Valores, Sentido de Estabilidad, Finanzas
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 2, el inicio se centra en tu relación con la seguridad —la material y la emocional. Algo que venías evitando mirar respecto a tus recursos, tu autoestima o tu manera de administrarte ahora pide una revisión seria. No se trata solo de dinero: se trata de valor. De cuánto te valoras, de cómo lo encarnas y de qué estás tolerando en silencio que disminuye esa percepción de ti.
Este tránsito puede traer información tangible —un gasto que ignorabas, un desbalance, una responsabilidad que dejaste pendiente, una sensación de pérdida o un límite que no pusiste a tiempo— que ahora se vuelve imposible de evitar. También puede emerger una verdad incómoda sobre el modo en que te has apegado a una idea de estabilidad que, en realidad, ya estaba en ruinas hace rato.
A esto se suma que pueden aparecer movimientos inesperados desde el exterior: decisiones de otras personas, cambios en acuerdos, tensiones por temas compartidos o reacciones ajenas que tocan directamente tu sentido de seguridad. Lo externo funciona como detonador, pero el foco sigue siendo interno: ver qué parte de tu estabilidad dependía de algo que no controlabas y qué parte requiere que hoy tomes una posición más firme.
En este proceso también pueden aflorar emociones intensas vinculadas a pérdidas, miedos, deudas, secretos o dinámicas de dependencia. Es posible que haya una sensación de “apretón” emocional que te obliga a actuar, a ordenar algo que venías acumulando o a reconocer una verdad que no querías admitir sobre tus hábitos, tus decisiones o tu forma de sostenerte.
Este inicio puede llevarte a replantear tu manera de ganar dinero, de administrarlo, de negociar, de pedir ayuda o de poner límites en situaciones donde tu energía estaba siendo drenada. Y, sobre todo, puede llevarte a reconstruir tu sentido de valor desde un lugar más honesto: no desde la apariencia de estabilidad, sino desde una base que sea tuya de verdad.
En síntesis: lo que el entorno remueve ahora te muestra dónde necesitas recuperar tu propio poder y reconstruir estabilidad desde adentro.

Casa 3: Comunicación y Aprendizaje
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 3, el inicio se manifiesta en tu manera de comunicarte y en la forma en que procesas la información. Algo que venías guardando, suavizando o diciendo a medias ahora necesita precisión. Este tránsito te pide claridad: hablar desde un lugar más honesto, escuchar sin filtros y revisar la manera en que tus palabras reflejan —o distorsionan— lo que realmente piensas.
Aquí pueden emerger datos que habías pasado por alto, detalles que no viste, intuiciones que ahora se confirman o conversaciones que exponen un punto sensible. También puedes notar patrones comunicativos que repetías sin cuestionarlos: silencios estratégicos, exageraciones, evasiones, defensas automáticas o una necesidad de tener razón que te alejaba de un intercambio real.
A esto se suma que puede irrumpir una perspectiva externa que desafía tu manera habitual de ver las cosas. Puede venir a través de alguien que piensa muy distinto, de un comentario inesperado, de una información que contradice lo que dabas por sentado o incluso de un choque cultural o ideológico. No es una amenaza: es un espejo que amplía tu marco mental y te obliga a replantear una creencia, una opinión o una postura interna.
Tu entorno cotidiano también puede moverse: noticias familiares, trámites, dinámicas con hermanos, vecinos o personas con las que tienes contacto frecuente. Algo que parecía simple puede volverse más profundo, porque ahora ves la motivación oculta, la tensión real o la necesidad de un límite claro.
Lo que inicies aquí se traduce en nuevas formas de aprender, comunicar y pensar. Tal vez decidas estudiar algo, redactar algo pendiente, cambiar el tono con el que hablas, ajustar una relación basada en malentendidos, actualizar tu discurso o dejar de explicarte de maneras que ya no representan quién eres.

Casa 4: Hogar, Pasado y Familia
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 4, el inicio toca tu base emocional: tu hogar, tus raíces, tu pasado y la forma en que te cuidas internamente. Algo que venías postergando en este territorio —una conversación familiar, una decisión doméstica, un cierre pendiente, una herida antigua que sigues arrastrando— ahora necesita un gesto claro de tu parte. Esta lunación probablemente mueva el piso, no para desordenarte, sino para que puedas reconstruir desde un lugar más sólido y sano.
Pueden emerger memorias, patrones heredados, dinámicas repetidas o temas familiares que habías logrado mantener en silencio. Aquí aparece la verdad que evitaste mirar: una carga emocional, un vínculo que te desgasta, una lealtad que ya no tiene sentido o una sensación de inseguridad que venías manejando sin querer admitirla. Lo reprimido empieza a reclamar su espacio.
A esto se suma que puede haber presiones o movimientos externos que impactan tu vida privada: tensiones laborales, exigencias, responsabilidades profesionales o expectativas sociales que chocan con lo que necesitas emocionalmente. Es ese tipo de situación en la que el mundo exterior parece pedir más de lo que tus recursos emocionales pueden entregar. O, al contrario, una decisión interna puede confrontarse con un deber o compromiso público.
Este tránsito también puede mostrarte cómo ciertos hábitos del pasado todavía moldean tu forma de reaccionar, cómo herencias emocionales siguen activas o cómo sigues defendiendo lo conocido aunque te limite. Hay algo que necesita una depuración profunda: un duelo, un cierre, un perdón, una reorganización del hogar o una actualización de los roles familiares.
Lo que inicies ahora puede traducirse en cambios reales: modificar la forma en que habitas tu espacio, mover piezas en tu dinámica familiar, renovar tu entorno físico, establecer límites más firmes o reconstruir tu sentido de seguridad desde adentro, sin depender tanto de validaciones externas.

Casa 5: Hijos, Creatividad, Romance y Placer
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 5, el inicio toca tu forma de expresarte libremente: tu creatividad, tu deseo, tu manera de disfrutar la vida. Aquí se mueve algo que habías dejado en pausa por miedo al juicio, por falta de tiempo, por inseguridad o por conservar un rol que no te permitía mostrarte tal cual eres. Esta lunación te devuelve un impulso visceral de autenticidad.
Pueden emerger deseos que habías reprimido, ideas creativas que no te atreviste a desarrollar, incomodidades en vínculos amorosos que necesitaban una conversación honesta o emociones intensas relacionadas con tus hijos (si los tienes). Lo que se activa ahora no es superficial: señala un punto en el que dejaste fuera parte de tu vitalidad para no generar conflicto o para encajar en una dinámica que ya no te representa.
A esto se suma que pueden surgir tensiones con amistades, grupos o entornos sociales. Tal vez percibes falta de apoyo, incomprensión o una presión sutil para seguir encajando en una versión antigua de ti. También puede aparecer comparación social: verte a través de los logros, historias o expectativas de otros, lo que te muestra con claridad dónde has ido apagando tu propia voz.
Este tránsito puede traer un rayo repentino de claridad: darte cuenta de que un proyecto creativo necesita renacer, de que un romance requiere más honestidad, de que es momento de poner límites en dinámicas amorosas desgastantes, o de que tu forma de disfrutar la vida necesita una actualización que te devuelva espontaneidad.
Lo que inicies ahora tiene el potencial de recuperar tu fuego interno: retomar un hobby, apostar por una idea propia, permitirte sentir deseo sin culpa, relacionarte desde un lugar menos condicionado o reconectar con una expresión más auténtica de ti. Puede ser un inicio emocionalmente intenso, pero también liberador: una recuperación de tu vitalidad más genuina.

Casa 6: Salud, Conexión con el Cuerpo y Rutinas Diarias
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 6, el inicio se manifiesta en tu cuerpo y en la forma en que administras tu energía cotidiana. Algo que has estado ignorando —una señal física, un hábito que te drena, un exceso que racionalizabas, una rutina que ya no va en pos de tu bienestar— sale a la superficie con suficiente fuerza como para exigir un ajuste real. Escorpio aquí no va a suavizar nada: muestra el costo exacto de lo que venías postergando.
Este tránsito puede traer claridad respecto a cómo te estás tratando. Puedes notar un cansancio acumulado, un síntoma que vuelve, una tensión corporal que habla más de tu vida emocional que de tu vida física, o la necesidad urgente de reorganizar tu día a día para que tu cuerpo deje de ser el último en la lista. También pueden aparecer emociones desagradables: frustración, irritabilidad, vergüenza por haber descuidado algo, o una sensación de “haber tocado límite”. No son fallas: son información.
A esto se suma que pueden irrumpir patrones inconscientes que entorpecen tu bienestar: autosabotajes, preocupaciones difusas, pensamientos obsesivos, idealizaciones, miedos no dichos o culpas que te llevan a sobrecargarte. También puede manifestarse como hiperexigencia, perfeccionismo o la tendencia a querer hacerlo todo solo/a. Estas dinámicas invisibles pueden impactar tus rutinas más de lo que imaginas; ahora las ves con nitidez.
Lo que inicies ahora puede traducirse en un cambio de hábitos, una limpieza profunda de tu entorno físico, una depuración de compromisos, un nuevo cuidado del cuerpo o una forma más honesta de administrar tu energía. El objetivo no es “ser eficiente”: es recuperar salud emocional a través de decisiones prácticas.

Casa 7: Relaciones Uno a Uno
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 7, el inicio ocurre en tus vínculos más cercanos: pareja, socios, personas con las que tienes un compromiso directo. Aquí se mueve algo que venías evitando mirar: una verdad que preferías suavizar, una dinámica que necesitaba una revisión, un límite que no pusiste o un deseo que callaste para no desestabilizar la relación. Esta lunación te obliga a ser más honesto/a en tus intercambios.
Es posible que el otro actúe como espejo. Puedes encontrarte con reacciones quizás un poco desmesuradas, incomodidades, frustraciones o incluso una sinceridad inesperada que te confronta con tu parte en la dinámica. A veces, lo que te irrita o sorprende es justamente lo que no habías querido ver en ti: una forma de ceder demasiado, un impulso de controlar, una necesidad emocional escondida o un patrón repetido que siempre justificabas.
También puede emerger algo que habías relegado: una conversación pendiente, una necesidad que nunca formulaste, o un deseo que no encajaba con la imagen que intentabas mantener. Esta lunación te lleva a hablar desde un lugar más real, aun si eso te pone en una posición de vulnerabilidad.
A la vez, puedes sentirte impulsado/a a redefinir cómo te posicionas en la relación. No para mandar todo al infierno, sino para dejar de actuar sobre la base de roles automáticos: quién cede, quién decide, quién lleva la carga emocional, quién carga con el silencio. Aquí se ve con claridad si has entregado más poder del que querías, o si has esperado que el otro adivine lo que tú mismo/a no te animabas a decir.
Este tránsito también puede traer un nuevo inicio para los vínculos: establecer acuerdos más honestos, crear una relación más equilibrada, abrirte a un tipo de conexión distinta o cerrar un patrón que te drenaba. El vínculo que nace o se reorganiza ahora será más auténtico, porque surge desde una autopercepción más clara.
En síntesis: la forma en que te relacionas cambia cuando tú cambias —y este es uno de esos momentos en los que ya no puedes esconderte de ti mismo/a.

Casa 8: Transformación, Duelos, Deudas y Recursos Compartidos
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 8, el inicio tiene relación con duelos pendientes, procesos de cierre, dinámicas de poder, intimidad emocional y recursos compartidos. Aquí se activa algo que venías evitando mirar porque te ponía en contacto con vulnerabilidades, porque implicaba abrirte a lo desconocido o porque removerlo significaba aceptar una verdad que preferías mantener a raya. Esta lunación llega para destapar lo que estaba demasiado contenido como para permitirte avanzar.
Puedes sentir emociones desagradables ligadas a pérdidas, miedos, secretos, apegos o situaciones que te mantenían en un estado de vigilancia interna que quizás ya habías considerado como "normal". También puede aparecer un recuerdo, una conversación o una información que revela el trasfondo real de una dinámica que parecía estable en la superficie.
Esta dinámica puede interactuar con tensiones vinculadas a estabilidad material o emocional. Algo en tu manera de generar estabilidad —lo que considerabas “seguro”, “predecible”, “controlado”— puede verse sacudido por un cambio inesperado, una necesidad de reorganizar recursos, una renegociación de acuerdos o un replanteamiento de dependencias. No es solo dinero: es la raíz emocional que hay detrás de lo que compartes, entregas o retienes.
Este tránsito también puede mostrarte cómo ciertos vínculos siguen operando desde lealtades antiguas, culpas, miedo a perder, miedo a “quitar algo”, o la sensación de deber constante. Aquí se revela si estás arrastrando cargas que no son tuyas o si sigues atrapado/a en un intercambio desigual por miedo a la inestabilidad.

Casa 9: Expansión y Filosofía de Vida
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 9, el inicio se manifiesta como un cambio en tu manera de comprender el mundo. Inicias una etapa en la que tus creencias, tu visión de futuro, tus certezas y tus formas de interpretar la realidad necesitan actualizarse. Es un momento en que algo interno te empuja a cuestionar supuestos; a abrirte a perspectivas que antes descartabas.
Esto puede surgir a partir de información inesperada que recibas. Puede haber fricciones entre lo que creías “sabido” y lo que descubres ahora. Tensiones internas entre tu intuición y los hechos. Entre tu visión ideal y lo que ocurre en la práctica. Entre tu deseo de tener razón y tu necesidad real de crecer. Este tránsito expone dónde estabas operando con una mirada reducida, rígida o demasiado basada en supuestos heredados.
En algunos casos, puede sentirse como un quiebre: darte cuenta de que un proyecto, un plan, un estudio, un viaje o una manera de ver las cosas necesita un ajuste radical. En otros, puede experimentarse como un momento de humildad: reconocer que no pasa nada por darte cuenta que tu postura ahora es otra.
Esta lunación te invita a ampliar tu marco mental, a integrar una verdad incómoda y a replantear el horizonte que quieres construir. Piensa en la infinidad de cosas que podrías iniciar si hicieras ese cambio.

Casa 10: Carrera, Ambiciones, Reputación, Visión de Éxito
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 10, el inicio se refleja en tu dirección profesional y en la manera en que quieres posicionarte públicamente. No es un comienzo suave: implica revisar decisiones que habías postergado, asumir una ambición que evitaste por miedo a exponerte o dar un paso que altera la imagen que otros tienen de ti.
Por otra parte, esta lunación te empuja a redefinir qué significa para ti “tener éxito”. Puede mostrarte dónde estabas cumpliendo expectativas que no eran tuyas, dónde actuabas desde un guion familiar, o dónde buscabas validación en lugares que ya no encajan con lo que estás construyendo.
La tensión surge porque algo del territorio emocional —tu historia, tu hogar, tu pasado, un asunto familiar, una base afectiva o material— puede moverse de forma inesperada. Esto no llega para derribar lo que haces, sino para mostrar qué parte de tu camino profesional sigue anclada en estructuras antiguas, lealtades invisibles o necesidades de seguridad que ya no tienen nada que ver contigo.
Puede sentirse como una disrupción: una conversación familiar que cambia tu perspectiva, un recuerdo que emerge de forma inesperada, un movimiento en tu vida doméstica que te obliga a reorganizar prioridades, o un gesto que te revela cuánto de tu vocación estaba condicionado por lo que se esperaba de ti.
En síntesis, esta Luna Nueva te invita a asumir una versión más adulta y autónoma de tu ambición, a tomar decisiones que reflejen tu visión real y no la que heredaste, y a dar un paso que, aunque incómodo, fortalece tu autoridad personal.

Casa 11: Grupos, Comunidad y Metas a Largo Plazo
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 11, el inicio toca tu relación con grupos, amistades, comunidad y proyectos a largo plazo. Es un momento para redefinir con quién te alineas, qué causas te representan de verdad y qué sueños siguen vigentes cuando eres totalmente honesto/a contigo mismo/a. Lo que habías pospuesto en este ámbito —una decisión sobre un proyecto, un límite con alguien del entorno, o una revisión de tus metas reales— vuelve a la superficie con claridad.
Esta lunación te pide evaluar si sigues participando en espacios que te drenan o si estás arrastrando vínculos por hábito. También puede mostrarte dónde estás minimizando tu propia visión para “encajar”, o dónde tu crecimiento te llevó a un lugar distinto que ya no coincide con la dinámica grupal anterior. No necesariamente es un quiebre, pero sí una actualización necesaria.
La sacudida puede venir desde el territorio de la Casa 5: tu creatividad, tus deseos, tus afectos o una expresión personal que habías dejado en segundo plano. Algo desde ese espacio —una idea inesperada, un impulso creativo, un deseo que vuelve con fuerza, incluso una reacción emocional más intensa de lo habitual— puede poner en evidencia qué metas ya no representan quién eres y qué proyectos necesitan una dirección completamente distinta.
Esto puede sentirse como un llamado a recuperar una parte de ti que estaba “hibernando”: una capacidad creativa, una motivación personal, un talento que no estabas usando, o una forma de placer que habías relegado. Eso mismo es lo que redefine tus metas a futuro y la gente con la que eliges caminar.

Casa 12: Espiritualidad, Subconsciente, Cierres, Privacidad
Si esta Luna Nueva cae en tu Casa 12, el inicio ocurre en el territorio menos visible de la carta: lo que piensas cuando nadie mira, lo que te cuesta nombrar, lo que empujaste hacia el fondo por no tener tiempo —o energía— para enfrentarlo. Este comienzo no se manifiesta hacia afuera en absoluto. Es un ajuste interno que te pide ser honesto/a con lo que has estado evitando, con lo que te incomoda reconocer y con lo que necesita un cierre definitivo.
Puede aparecer una claridad súbita respecto a un patrón inconsciente que te ha acompañado durante años: un miedo, una culpa, un autoengaño, una forma de exigirte en silencio. También puedes sentir la necesidad de dejar de destinar energía a dinámicas que te desgastan. La sacudida puede venir desde la Casa 6: el cuerpo, la salud, las rutinas y lo cotidiano. Algo en ese terreno —un síntoma por ejemplo— puede revelar de manera bastante clara qué parte de tus emociones está somatizándose y que necesitas atender ya.
En síntesis, para ti esta lunación es un proceso de limpieza profunda y de darte permiso para no estar tan disponible para todos en todo momento.





































































